Los niños de preescolar y educación infantil aprenden un sinfín de cosas que pueden parecernos de cajón pero que, si nos paramos a pensarlo, deberíamos repasar la gran mayoría de adultos. Muchos otros valores vienen innatos y nos los vamos cargando a medida que crecemos. Hoy recopilamos diez valores, innatos o frutos de la educación en la guardería y parvulario, que deberíamos recuperar.
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Ser simpático y amable con los demás ayudará a que los demás lo sean contigo.
Y es que, aunque siempre te encontrarás con alguien que va contra el mundo, si tu predisposición hacia los demás es buena, lo más probable es que te devuelvan la sonrisa.
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Canta, baila o expresa tu felicidad siempre que quieras.
Los niños no se cortan en hacer aquello que les apetece, que les hace felices, o que les ayuda a desfogarse y sobre todo que no hace mal a nadie. Así que suéltate la melena de vez en cuando.
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Cuando acabes de hacer algo, recoge lo que has usado.
De las primeras cosas que se les enseña a los pequeños en guarderías y parvularios es a recoger sus juguetes en cuanto terminan de jugar. Algo que muchos adultos perdemos por culpa del mundo de locos en el que vivimos donde la prisa por empezar con lo siguiente no nos deja acabar o recoger las cosas.
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No cojas las cosas de otro sin pedírselas primero / Comparte tus cosas cuando te las pidan
Los niños tienen un sentido de la propiedad muy fuerte y que les cojan sus cosas les causa una gran inseguridad y rabia, pero pasa al contrario, cuando alguien les pide algo suyo sienten confianza y seguridad y no suelen tener problema en compartir, porque saben que el otro sabe que es suyo.
Los adultos tendemos a avergonzarnos cuando no sabemos algo y el orgullo muchas veces nos deja con la duda, simulando que sabemos aquello que en realidad no. A los niños no se les queda nada en el tintero.
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Cuando veas a alguien sufrir, empatiza con él, sobre todo si eres tú quien le ha causado dolor.
Vivimos en un mundo que muchas veces es hostil y nos estamos acostumbrando a que el sufrimiento ajeno forme parte del día a día, tanto que a veces ni lo percibimos. Los niños empatizan mucho con el dolor ajeno de manera natural
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Lucha por aquello que quieres conseguir.
No estamos diciendo que patalees en el suelo de un supermercado para conseguir que te compren chucherías, pero otro rasgo negativo de la edad adulta es el de conformarse e ir dando carpetazo a cosas que queríamos conseguir. Inténtalo un poco más.
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Di a tus amigos y familia lo importantes que son en tu vida.
La exaltación de la amistad que hacen los niños, unido a lo poco que exigen a los demás hace que los lazos que estrechan con sus amigos sean más que fuertes. Si no lo crees piensa en la ilusión que te hace encontrarte con amigos de tu infancia.
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Quiere a los animales como a los seres humanos.
Los niños, por lo general, adoran a la gran mayoría de animales: perros, gatos, caballos y un largo etcétera, pero ¿cuántos adultos no pueden ni ver a un ser vivo que no sea de la especie humana?
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Échate la siesta a diario.
Si lo piensas bien, probablemente este sea el único punto imposible de cumplir, para algunos, por horario laboral, pero lo bien que le sienta al cuerpo parar un ratito a desconectar en mitad de un largo día de obligaciones.