Toda la vida hemos escuchado sentenciar que “el desayuno es la comida más importante del día” y, aunque es una afirmación que no tiene porque ser errónea, tampoco es del todo cierta. Eso dependerá de cómo y qué comemos no sólo entonces, sino a lo largo de todas las comidas del día, el desayuno al contrario de lo que se cree no es imprescindible, pero es sin duda una comida relevante, ya que es la primera del día.
El desayuno, como su propio nombre indica: des-ayuno, rompe con el ayuno que hemos seguido toda la noche, durante muchas horas, desde que cenamos hasta la siguiente comida, por ello debe aportarnos energía y nutrientes con los que empezar el día dándole a nuestro cuerpo la mejor gasolina para arrancar.
¿Qué ocurre? Tanto niños como mayores solemos ingerir desayunos poco equilibrados y saludables, en los que superamos estrepitosamente la cantidad diaria recomendada de azúcar (¡tan sólo en el desayuno! ¡nada más empezar el día!)
Cambios para desayunar más sano
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FRUTAS Y VERDURAS: Obviamente las frutas y verduras deberían estar presentes en todas las comidas del día. Mejor comerlas cortadas o enteras, en vez de en zumos y batidos.
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ZUMOS Y BATIDOS: evitar en su totalidad los comerciales y limitar los naturales, por el consumo de azúcares libres y la pérdida de masticación.
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CEREALES: Se deben sustituir lo cereales industriales que llevan abrumadoras cantidades de azúcar, por cereales integrales como el de avena, el de centeno, sésamo, lino.
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GRASAS: Eliminar las margarinas y sustituir por mantequilla, aguacate, aceite de coco, aceite de oliva (AOVE)
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FRUTOS SECOS: Son perfectos para empezar el día con energía: pipas, nueces, avellanas, almendras, semillas de calabaza.
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HUEVO: En nuestro país hay poca cultura de desayunar huevo, es un alimento que reservamos más para otras comidas, como por ejemplo cena. El huevo está repleto de nutrientes perfecto para tomar tras varias horas de ayuno. Una tortilla, un huevo pasado por hueva, hay muchas opciones.
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PANES: Sustituir panes y tostadas por pan 100% integral (importante q aparezca el porcentaje) o tostadas hechas de cereales integrales como centeno, avena o sésamo, como las Wasa.
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CAFÉ O INFUSIONES: Se ha demonizado mucho al café pero el café en sí no es malo, mucho mejor comprarlo natural y echarle poco o nada de azúcar. Las infusiones son otra opción perfecta, los niños pueden tomar Rooibos, por ejemplo.
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CACAO: Olvidemos los cacaos tipos Cola Cao, Nesquik o sucedáneos, ya que llevan azúcares para aburrir. Sustituirlos por Cacao Puro, pero atención, su sabor es mucho más fuerte, deberás echar muchísimo menos.
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LÁCTEOS: La leche entera, los yogures naturales o griegos sin ningún tipo de azúcar o edulcorante o el kéfir, son la mejor opción.
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BEBIDAS VEGETALES: Son otra buena opción siempre que no lleven azúcares añadidos.
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EMBUTIDOS: Deberán ser de calidad, ricos en carne y sin apenas aditivos: jamón ibérico, pavo, jamón asado.