Uno de los problemas estéticos que puede aparecer durante el embarazo son las temidas estrías. Además, una vez aparecen es casi imposible deshacerse de ellas, pero es que encima las del embarazo son mucho más grandes y gordas que las corrientes.
Obviamente no podemos dar un remedio infalible para que no aparezcan durante la buena espera, ya que dependen muchos factores como la genética o el cambio de peso ,pero sí podemos daros una serie de pautas mediante las cuales se minimiza muchísimo el riesgo de que aparezcan estas antiestéticas cicatrices.
Beber muchísima agua
Debemos beber unos 2 litros de agua al día y en el periodo de embarazo hay que ser especialmente estrictas con eso, la futura mamá ha de asegurarse de hidratarse desde dentro mediante el consumo de agua, infusiones o zumos y batidos. Ello beneficiará a la piel de la embarazada y, en general, a toda su salud y la de su bebé
Consumir alimentos ricos en vitaminas
- Vitamina C: cítricos, uvas, kiwi.
- Vitamina E: aguacate, boniatos, espinacas, almendras.
- Vitamina A: mango, albaricoque.
- Zinc: yogur, kefir, carne de res orgánica
Hidratar la piel con aceites y cremas
Así como es superimportante beber lo suficiente para hidratar la piel desde dentro, también lo es desde fuera. Aplicar mañana y noche una crema antiestrías (apta para el embarazo) o un aceite vegetal como el de almendras dulces o el de coco, una opción incluso más aconsejable que la crema por su origen natural y su potente capacidad de hidratación.
Evitar el sedentarismo
Esto es básico para la correcta circulación sanguínea y para evitar la retención de líquidos. Si la embarazada está acostumbrada a realizar ejercicio desde antes de la gestación, podrá continuar con rutinas aptas para el embarazo, si por el contrario no suele ejercitarse, andar o nadar es una opción segura y muy beneficiosa.
Ganar el peso gradualmente
La velocidad a la que se gana peso en el embarazo está directamente relacionada con la aparición de estrías en la piel. Esto puede estar en las manos de la futura mamá, sin excederse en caprichos alimentarios y manteniéndose activa; o puede que no, si sufre alguna patología como por ejemplo diabetes gestacional.