Para algunos la idea de dar la bienvenida a un perro o a un gato en su casa es una dosis de responsabilidad y obligación que prefieren evitar. Pero para aquellas personas amantes de los animales, sus amigos peludos son un miembro más de la familia con quien comparten una relación mutuamente beneficiosa, y para los más peques son un compañero de viaje inolvidable.
Si sois reacios a dar el paso porque teméis que una mascota pueda lastimar a los niños, este artículo puede convenceros.
Y si ya tenéis mascota desde hace tiempo, os servirá como un recordatorio de cómo esos “peludos” han mejorado vuestra vida. Tener un perro o gato (o cualquier otro animal) en casa puede ser el impulso que ni siquiera sabíais que necesitabais para sentiros mejor.
Beneficios de tener mascotas
Si adoptáis un animal y le dais una vida mejor sacándolo de la perrera o incluso evitando su sacrificio, ya estáis realizado una buena acción en sí misma. Sin embargo, ese no es el único aspecto positivo, ya que está demostrado que tener mascotas supone muchas ventajas a diferentes niveles:
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Tendréis una salud mejor: Las mascotas no sólo proporcionan compañía y ayudan a mejorar la salud física gracias a los oligados pasesos, en el caso de los perros, sino que también pueden proporcionar beneficios terapéuticos y emocionales. Según los expertos, una mascota es mejor que el Prozac. Abrazar a nuestras mascota, darle un paseo o simplemente el cariño que nos demuestran día a día, pueden darnos el subidón de ánimo necesario cuando hayamos tenido un mal día. Además, en el caso de los niños, tener mascotas desde una edad temprana minimiza considerablemente el riesgo de padecer alergias y enfermedades de carácter respiratorio.
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Estimulan las habilidades sociales: Seguramente, los bebés menos de dos años no saben identificar en qué consiste ese animalito y cuáles son sus diferencias respecto a las personas o los juguetes. Sin embargo, podréis comprobar su interés por relacionarse con él. Nosotros recomendamos que esta interacción sea siempre con supervisión de adultos, y depende mucho del animal que se trate (no es lo mismo un gatito que una pitón). En cuanto veas cómo se le ilumina la cara al bebé, ¡te desharás! En el caso de niños, forjarán una relación con sus mascotas que recordarán el resto de su vida.
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Os querrán incondicionalmente: Su amor por vosotros estará siempre presente. No importa que alguna vez paguéis con ellos vuestras frustraciones o les gritéis por alguna travesura. Cuando menos lo esperéis, acudirán sigilosamente hacia vosotros y se colocarán a vuestro lado para que sintáis su compañía. A veces es difícil encontrar ese amor incondicional en las personas, pero los animales os convertirán en el centro de su universo.
- Enseñan responsabilidades y lecciones de vida: Los niños pueden aprender muchísimo de tener mascotas, adquirir responsabilidades según la edad (los más pequeños pueden encargarse de servirles la comida y los mayores de limpiar el arenero o llevar la correa si el tamaño del perro lo permite, por ejemplo) también es una forma de que explicarles el ciclo de la vida y que aprendan a encarar la muerte.
Perros y bebés: riesgos y precauciones
Aunque los bebés se lo pasan en grande con los animales, se han de tener ciertas precauciones para evitar sustos y accidentes. Como ya hemos comentado, al principio hay que estar siempre presentes en sus interacciones para asegurarnos que ambas partes tienen claros los límites.
Para crear ese ambiente de tranquilidad y seguridad, es preferible escoger un lugar controlado. El área designada debería proporcionar suficiente espacio para que ambos se muevan con comodidad.