El embarazo puede tener importantes efectos psicológicos en la mujer, tanto durante como después de la gestación. Puede ser un momento de gran emoción y alegría, pero también de estrés y ansiedad.
Durante el embarazo, las mujeres pueden experimentar una serie de cambios emocionales y psicológicos. Éstos pueden deberse a los numerosos cambios físicos y hormonales que se producen durante el embarazo, así como a los muchos factores sociales y personales que pueden afectar al bienestar emocional de la mujer.
Consecuencias emocionales del embarazo
Uno de los cambios emocionales más comunes durante el embarazo son los cambios de humor. Éstos pueden deberse a los cambios hormonales que se producen durante el embarazo, así como al estrés y la ansiedad que puede conllevar la responsabilidad de tener un hijo.
Los cambios de humor pueden provocar sentimientos de alegría y felicidad en un momento, seguidos de ansiedad o depresión al siguiente.
Otro estado emocional típico durante el embarazo es la ansiedad. Las mujeres embarazadas pueden preocuparse por el bienestar del feto, el resultado del embarazo y los cambios físicos que se están produciendo. Pueden preocuparse por los costes económicos de tener un hijo, así como por su capacidad como padres decentes.
Otro acontecimiento emocional típico durante el embarazo es la depresión. Los numerosos cambios y obligaciones que conlleva el embarazo pueden hacer que las mujeres embarazadas se sientan desprevenidas y solas. A medida que su cuerpo se modifica y engordan, también pueden experimentar problemas con su imagen corporal.
Cuestiones a nivel identitario
Además de estos cambios emocionales, el embarazo puede tener importantes repercusiones psicológicas en el sentido de identidad de la mujer. Mientras una mujer se prepara para ser madre y posiblemente hace cambios importantes en su vida para hacer sitio al nacimiento del niño, el embarazo puede ser una época de cambios considerables. Esto puede hacer que se sienta insegura de sí misma y pierda el sentido de quién es.
Las mujeres pueden pasar por un espectro de sentimientos después de dar a luz a un niño, conocidos como “baby blues”. Estos sentimientos, provocados por los ajustes hormonales durante el parto, pueden incluir melancolía, preocupación y enfado. Aunque suelen desaparecer al cabo de unas semanas, estos sentimientos pueden persistir y convertirse en depresión posparto.
Un tipo más grave de depresión que puede aparecer tras el parto es la depresión posparto. Puede hacer que una mujer se sienta deprimida, abatida y desinteresada por las cosas que antes le resultaban agradables. También puede dificultar la concentración, el sueño o la alimentación. Hasta el 20% de las mujeres pueden sufrir depresión posparto, por lo que es fundamental que busquen ayuda si presentan estos signos.
Cambios físicos
Las mujeres pueden tener efectos secundarios físicos del embarazo y el parto, además de los emocionales y psicológicos, como agotamiento y alteraciones del ciclo menstrual. Los cambios emocionales y psicológicos también pueden verse influidos por estas consecuencias corporales.
En general, estar embarazada y dar a luz pueden ser momentos muy alegres y emocionantes, pero también estresantes y emocionalmente desafiantes. Las mujeres embarazadas deben cuidar su salud emocional y buscar ayuda si la necesitan o si tienen dificultades emocionales. Esto puede implicar hablar con un médico, pedir apoyo a amigos y familiares u obtener ayuda de un profesional de la salud mental.
¿Cómo gestionar una depresión posparto?
Hasta un 20% de las mujeres pueden sufrir depresión posparto, un trastorno peligroso, después del parto. Cuando una mujer sufre depresión posparto, es fundamental que reciba ayuda para que pueda controlar mejor sus síntomas y su salud en general.
La depresión posparto puede tratarse de varias maneras, entre ellas:
- Medicación: Los síntomas de la depresión posparto pueden atenuarse con medicación antidepresiva. Las mujeres deben consultar a su médico para determinar el fármaco y la dosis más adecuados para ellas.
- Terapia de conversación: La terapia de conversación es una herramienta útil para controlar los pensamientos y sentimientos que subyacen a la depresión posparto. También puede ofrecer a las mujeres un lugar seguro para hablar de sus emociones y superar las dificultades que puedan tener.
- Grupos de apoyo: Participar en un grupo de apoyo con otras mujeres deprimidas después del parto puede ayudar con el apoyo social y un sentido de comunidad. También puede servir como foro para intercambiar ideas y mecanismos de afrontamiento.
- Cuidados personales: Para controlar la depresión posparto hay que cuidarse bien. Esto puede implicar descansar lo suficiente, mantener una buena dieta y realizar actividades agradables y relajantes.
- Buscar ayuda: Es fundamental que las mujeres pidan apoyo a sus parejas, familiares y amigos. También puede ser beneficioso ponerse en contacto con un médico o un experto en salud mental.
Las mujeres deben tener presente que la depresión posparto es un trastorno tratable y que pedir ayuda no es un signo de debilidad. Las mujeres pueden controlar con éxito sus síntomas y mejorar su bienestar con los cuidados y la ayuda adecuados.