¿Qué es la hiperpaternidad?

qué es la hiperpaternidad

Si bien hay que tener en cuenta que cada cual elige cómo quiere educar a sus hijos, es cierto que existen algunas recomendaciones que se pueden aplicar a todas las familias. Ante todo, sentido común, y no llegar a los extremos. Uno de estos es la hiperpaternidad, que consiste en sobreproteger al hijo y convertirlo en el centro de la familia.

Está claro que todos queremos lo mejor para nuestro hijo y que haremos lo que este en nuestra mano para proporcionarle la mejor vida posible. Sin embargo, esto puede llevar a una alteración tan grande del núcleo familiar que las consecuencias sean más negativas que positivas.

Aunque debemos tener en cuenta lo que supone un hijo y adaptar nuestras costumbres a él, eso no significa que su protección se convierta en una obsesión.

Sobreproteger a los hijos puede ser negativo

Tratar de encontrar ese equilibrio entre la seguridad y la educación del niño y por otro lado, permitirle tener su espacio para un desarrollo personal correcto es una de las claves más importantes para los padres. Estar muy encima de ellos limita su capacidad para definir su personalidad y puede llegar a afectarles en el desarrollo de su autonomía o su autoconfianza.

Las pautas de comportamiento se ven determinadas por cómo es el niño y cómo interactúa con el entorno que lo rodea. Si intervenimos demasiado porque queremos tenerlo todo bajo control, la niña o el niño será desarrollará menos capacidades para sobreponerse a las dificultades que le presente la vida.

Por ello, no deberíamos estar encima de ellos 24/7 solucionando todos los problemas que se le puedan presentar, sino proporcionarles las herramientas necesarias para ser ellos mismos quienes gestionen las situaciones complicadas.

Cómo influye este comportamiento de los padres

Según un estudio realizado, esto puede afectar al desarrollo de su inteligencia emocional. Esto ocurre porque tienen un mayor sentido de la dependencia y repercutirá en que necesiten a otra persona para sentirse bien, ya que están acostumbrados a que los demás les den respaldo y solucionen los conflictos: no han conocido la vida de otra manera.

Si queréis ayudar a vuestros hijos a ser fuertes, independientes y a lleguen a ser capaces de valerse por sí mismos, lo mejor es tratar de proporcionarles autosuficiencia y autoestima. De esta manera, podrán crecer más autónomos y conscientes de lo que pueden hacer y de lo que no.

En definitiva, si no quieres cortarle las alas a tu pequeño, lo mejor es dejarle cierto espacio para que desarrolle sus capacidades de adaptación al medio y pueda estar bien preparado para todo aquello que le surja según vaya creciendo.

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