El embarazo es una etapa muy intensa; desde ese mismo momento en el que vemos salir la segunda línea en el test nace una ilusión en la futura mamá, y aunque en un primer momento parece que falta una eternidad para ponernos de parto, tras nueve meses de engordar, de pruebas médicas, de hacer muchos planes y fantasear con ilusiones, por fin llega el momento de coger a nuestro bebé en brazos.
Y lo habitual es que tras el durísimo parto, estemos entusiasmadas tras el nacimiento del pequeño.
Pero en cuanto han pasado unos días, probablemente al salir del hospital, empezamos a no sentir tanta felicidad. De hecho, una sensación de nervios e inseguridad y un cúmulo de sentimientos negativos que no se parecen en nada a la nube en la que imaginábamos que nos íbamos a sentir tras el parto.
Si a esta sensación le sumamos que el bebé no nos deja descansar tanto como nuestro cuerpo de puérpera necesita, se puede transformar en un cóctel explosivo.
Conocer la diferencia entre el baby blues y la depresión postparto
Es importante que tanto la mamá como su entorno identifique si se trata de un Baby Blues sin más o si hay indicios de que está padeciendo una depresión posparto, pero ¿en qué se diferencian?
¿Qué es el baby blues?
Tras el parto, como ya hemos comentado, en un primer momento las mamás sentimos “un subidón” que provoca una gran emoción y excitación. Esto es obra y gracia de la adrenalina y oxitocina que hemos segregado mientras dábamos a luz.
Pero a partir del segundo o tercer día tras el parto puede aparecer el denominado Baby Blues, un proceso (NO una enfermedad) por el que pasamos el 80% de las madres. Es más raro que te libres que no tener que pasar por este trago y es influenciado por los cambios hormonales,
El baby blues se manifiesta como un bajón, una mezcla de sensaciones como miedo, inseguridad, angustia, cansancio. Lo habitual es no sentirnos así todo el día, sino que se vaya manifestando o incluso que siga un patrón.
Por ejemplo, cada día a las 19h la mamá rompe a llorar sin motivo o por motivos absurdos. Un rasgo del Baby Blues es que entre quince días y un mes después desaparece del todo, y no lo hace de golpe, sino que esas sensaciones van disminuyendo hasta que dejamos de sentirlas.
¿Qué es la depresión posparto?
Pero a veces la depresión posparto es algo mucho más serio y es el entorno de la madre el que ha de saber identificarlo lo antes posible, porque con los tratamientos actuales se obtienen resultados en pocos días. Sobre un 15% de madres sufren depresión posparto y esta puede aparecer hasta un año después del nacimiento del pequeño.
Síntomas de la depresión posparto
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Irritabilidad causada por situaciones normales.
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Pérdida de apetito o hambre compulsiva.
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Insomnio, incapacidad de dormir, aun cuando el bebé descansa.
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Sensación de inutilidad de ser incapaz de cuidar de su bebé, de sus otros hijos, incluso de ella misma.
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Perdida de interés e ilusión por nada.
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Ansiedad.
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Pensamientos negativos hacia el bebé.
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Deseo de la propia muerte o suicidio.
Si tienes dudas de si tú o alguien de tu familia está sufriendo depresión posparto, debes consultar con tu médico de cabecera, ginecólogo o matrona, ellos te sabrán ayudar.