Cuando una pareja se embarca en la aventura de concebir un hijo, todo son ilusiones, nervios y ansiedad por ver esa línea en el test de embarazo que indica el positivo. Y aunque todos esperamos dar en el blanco el primer mes, lo habitual es que no sea tan rápido, llegando a entrar dentro de lo normal tardar hasta un año en conseguir el embarazo.
A partir de ese año, y no antes, es cuando lo aconsejable es acudir a un especialista a realizar los estudios oportunos, pero todos sabemos que entre el primer mes y el primer año pueden aparecer nervios, autopresión y la sensación de que nunca va a llegar el positivo, y esto, sin estar aún en un periodo crítico de búsqueda, es por ello que muchas mujeres deciden empezar a tomar el control sobre sus ciclos empleando diferentes métodos para detectar exactamente cuándo se produce la ovulación.
Una de estas vías para detectar cuando se va a producir la ovulación es el uso de tests de ovulación, que son unas tiras reactivas que funcionan de manera parecida a los tests de embarazo, pero con puntos distintos, así que vamos a profundizar en el funcionamiento y uso de estos tests para detectar cuando se va a liberar el ovulo, que será cuando las posibilidades de concebir se disparan.
Una cuestión de hormonas
El cuerpo se rige por hormonas y en el caso de la mujer el ciclo menstrual y su correcto funcionamiento están dirigidos por varias hormonas. La ovulación se produce en el momento en que el ovario libera a un ovulo maduro. Este proceso es responsabilidad de dos hormonas: estrógenos y LH (hormona luteinizante). Los niveles de estrógenos van incrementando cada vez más a medida que se acerca la ovulación, este hecho es imprescindible para que también aumente la LH que serán la encargada de que el ovulo maduré lo suficiente como para ser liberado. La LH sube a su nivel más alto unas 24/48h antes de que se produzca la ovulación.
¿Qué hacen los tests de ovulación?
Como los test de embarazo, se trata de tiras reactivas. Las diferencias con los tests de embarazo derivan de un aspecto puramente endocrino, el cuerpo de la mujer sólo produce la hormona gonadotropina coriónica (HGC) en caso de embarazo (hay una remota posibilidad de que podría producirla en caso de enfermedad) por lo que la sola presencia de esa hormona en un test de embarazo indica el positivo y ese es el motivo por el cual la simple aparición de la línea es ya un positivo, independientemente de su intensidad.
Los tests de ovulación detectan la LH, hormona presente durante todo el ciclo en el cuerpo femenino, por lo que para obtener un positivo la línea debe ser igual o más intensa que la de control. La aparición de la línea de test no implica positivo, de hecho, hay mujeres que pueden obtener la segunda línea durante todo el ciclo.
La línea de control es la linea que siempre sale, como indicador de que el test funciona correctamente.
La línea de test es aquella que indicaría el resultado del test.
Datos a tener en cuenta con los tests de ovulación
- No realizarla con la primera orina nunca. Por la noche la LH desciende y es probable que siempre obtengamos un resultado negativo.
- No beber en exceso un par de horas antes del test.
- Realizarlo entre las 10 am y las 20pm.
- Procurar realizarlo siempre a la misma hora.
Recomendaciones de uso
Si no logramos ver el positivo, no hay que desesperar. Es importante recordar que es un indicador, por lo que ni un negativo ni un positivo son 100 % fiables. Lo único que nos garantiza que sí o no hemos ovulado, es un control ecográfico, el resto de métodos son guías y así debemos tomárnoslo. Si estos recursos hacen el efecto contrario y más que ayuda nos producen estrés, lo aconsejable es no usarlos.
Una forma de encontrar un positivo que se resiste es realizar varios tests al día, entre dos y tres, a distintas horas.