Si decimos que tener hijos provoca un cambio radical en la vida cotidiana de su madre o padre, no estamos descubriéndole la pólvora a nadie, es vox populi que tener hijos remueve prácticamente todos los aspectos de nuestro estilo de vida y nuestra rutina. Y cambios tan importantes pueden repercutir incluso en nuestra forma de pensar o hasta de trabajar.
Es por ello, que a pesar de que cuando vayamos a tener un hijo (sobre todo el primero, con el que desconocemos totalmente la aventura en la que nos vamos a embarcar) planifiquemos al milímetro la organización laboral: cuánto tiempo estaremos de baja, cómo nos organizaremos al volver a trabajar, dónde y con quién dejaremos al bebé, etc. Pero muchas veces lo que en un primer momento nos pareció un buen plan y algo totalmente asequible a nivel emocional, luego se convierte en utopía y muy difícil y duro de abordar.
Tener más tiempo para estar con el bebé
Ese es el motivo de que muchas madres estiren el tiempo para estar con sus bebés computando la lactancia o pidan excedencias al acabarse su baja de maternidad o, en el caso de los padres, se planifican las vacaciones justo al finalizar el mes de permiso por paternidad.
Hoy en día, ante la imposibilidad en la mayoría de familias, de que uno de los dos progenitores no trabaje, como se hacía antaño, y la utópica conciliación que ofrecen el 99,9% de puestos de trabajo presenciales, está surgiendo una oleada de cambios entre madres y padres que dejan de trabajar por cuenta ajena para establecerse por cuenta propia y trabajar desde su casa.
Aunque hay que matizar que trabajar desde casa no tiene por qué significar trabajar menos o hacer un trabajo más ligero. De hecho, en la mayoría de casos significa trabajar más y tener que ser más cuidadosos con el trabajo hecho.
Ventajas y desventajas de ser freelance
Eso sí, las ventajas que ofrece pesan sobre las desventajas para muchos padres: poder elegir el horario e ir variando según la necesidad del día, organizarse uno mismo cuándo y cómo lo va a hacer (esto podría ser también una desventaja). Al hacerlo desde casa también ganamos el tiempo que habitualmente perdíamos en ir hasta el trabajo.
Esta corriente que hace que los padres dejen sus trabajos para establecerse como autónomos sucede desde hace años, aunque en la era de Internet se ha multiplicado considerablemente por motivos obvios.
Según la profesión previa de cada uno hay que valorar si es posible establecerse por su cuenta o debería buscarse otro tipo de trabajo. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que trabajar desde casa, aunque ofrece muchas facilidades para la crianza de los hijos y la conciliación familiar, también implica mucho esfuerzo y organización.